En días recientes el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) y el Ministerio Público de Costa Rica firmaron el “Protocolo Conjunto Homologado para la investigación de mujeres mayores de edad desaparecidas y no localizadas con enfoque diferenciado según perspectiva de género”, en el cual se dictan las pautas a seguir en las investigaciones relacionadas con estas desapariciones.
Y es que, si bien ambas instituciones tienen normativa relacionada con las desapariciones de personas, este protocolo le adiciona la perspectiva de género. Esto significa que se hará énfasis en algunas diligencias que, aunque ya están establecidas en las que se realizan con las personas desaparecidas hombres y mujeres, se tomarán en cuenta algunos elementos particulares en los que una mujer, por su condición de género puede ser víctima de un delito.
Según las y los expertos, tanto del OIJ como del Ministerio Público que participaron en la creación de este protocolo “...se tiene de antecedente lo establecido en la doctrina internacional de que la mayoría de estas ausencias podrían ser la antesala de un delito de violencia de género como delitos sexuales, femicidio, entre otros, por lo que este protocolo hace la diferenciación entre lo que es un reporte de persona desaparecida y uno de persona no localizada, a fin de ubicar a las mujeres reportadas como ausentes, sea que se descarte la posibilidad de comisión de un delito, se establezca la voluntad de una mujer que decidió alejarse de su círculo social cercano o esclarecer que la ausencia se dio debido a un hecho fortuito o de infortunio que afectó de manera involuntaria a esta persona...”
Es así que el protocolo ha hecho una recopilación de las mejores prácticas en el tema de las desapariciones, basado en la experiencia y conocimientos que ha adquirido el personal de investigación, pero también incorpora diferentes lineamientos y recomendaciones de informes internacionales y haciendo un abordaje con perspectiva de género, según las recomendaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en sus informes: “Acceso a la Justicia de Mujeres Víctimas de Violencia en las Américas 2007” y “Acceso a la Justicia de Mujeres Víctimas de Violencia Sexual en Mesoamérica 2011”.
Sin embargo, como suele presentarse en las diferentes investigaciones, cada caso en concreto es el que dicta las pautas a seguir, pero en específico, en los casos de desapariciones, ahora se cuenta con este protocolo que será de acatamiento obligatorio para todo el personal de investigación y fiscales encargados siendo que, para estandarizar procedimientos en investigaciones de este tipo, se busca delinear las diligencias obligatorias al igual que las deseables que se puedan realizar dependiendo de las características de cada caso, sin que signifique una limitante para el desarrollo de otras acciones para el éxito de la investigación, siempre en procura de ubicar a la mujer reportada como desaparecida o no localizada.
Vale la pena rescatar que este protocolo conjunto homologado aplica para los reportes de mujeres desaparecidas o no localizadas mayores de edad. Para las personas menores de edad, se debe aplicar el “Protocolo nacional del sistema de alerta y procedimiento para la coordinación y reacción inmediata entre las instituciones públicas y privadas ante la desaparición o sustracción de mujeres menores de edad” suscrito por la Comisión Coordinadora Nacional del Sistema de Alerta (CONASA).
Es importante resaltar que para el 2020 el OIJ recibió un total de 1923 denuncias de personas reportadas como desaparecidas, de las cuales aparecieron 1793. De ellas 235 son mujeres mayores de edad y 706 menores de edad.En lo que vamos del 2021 ya se han reportado 65 mayores de edad y 237 menores de Edad, la cuales también han aparecido.
En los datos estadísticos del OIJ, en los últimos 5 años se tiene un total de 5 mujeres que han sido declaradas como desaparecidas, luego de realizar todas las diligencias necesarias para encontrarlas, sin embargo, no aparecieron. Entre ellas figura la niña Yerelin Guzmán, de Heredia quien desapareció el 11 de julio de 2014; así mismo Shirley Angulo Fernández y sus dos hijas menores de edad Evoleth Blanco Angulo, recién nacida y Madelein Blanco Angulo de 2 años, quienes desaparecieron de su vivienda ubicada en Matina en la provincia de Limón el 3 de setiembre de 2014; y por último una mujer nicaragüense de nombre Merlyn Cecilia Silva Gutiérrez, quien vivía en la provincia de San José y fue vista por última vez el 03 de octubre de 2016.
Es importante resaltar que las investigaciones de las personas desaparecidas no finalizan, ni se archivan, sino que, luego de realizar todas las pericias necesarias para su localización, se realiza el informe y se queda a la espera de que haya algún dato relevante que las y los investigadores tomaran en cuenta para activar el caso nuevamente y confirmar o descartar la información.
El Protocolo firmado por el OIJ y el Ministerio Público ya es de uso obligatorio para todas las personas involucradas en la investigación de mujeres mayores de edad desaparecidas.