Agentes judiciales, destacados en la Sección de Fraudes, realizaron ayer en horas de la tarde la detención de un hombre de 27 años de edad, quien figura como sospechoso del delito de Fraudes Informático.
La detención se realizó en la vía pública en Hatillo 1, cuando salía de un cajero automático. Los Agentes judiciales acudieron al lugar tras recibir compartir información con el equipo de monitoreo de dos bancos estatales, quienes observaron al sujeto de forma sospechoso que desde días anteriores había realizado retiros de dinero al parecer provenientes de aparentes estafas informáticas, siendo que ayer, fue visto nuevamente realizando retiros de dinero de cajeros en varios sectores de Hatillo, por lo que se procedió al abordaje del mismo para identificación, sin embargo, éste al detectar la presencia policial intentó huir del lugar por lo que se procedió a la detención.
Al realizar la revisión superficial se hallaron en sus pertenencias varias tarjetas bancarias de terceros que, en apariencia, habían sido utilizadas como cuenta destinos para recibir fondos de aparentes estafas informáticas, además, llevaba en sus pertenencias un millón ochocientos mil colones (¢1,800,000.00) en efectivo que se presume corresponden a los retiros de dinero proveniente de estafa informática.
Aparentemente, el sospechoso forma parte de un grupo criminal que opera con funciones definidas en cada uno de sus integrantes, siendo que en apariencia éste figura como “frenteador”; entendiéndose a este como al encargado de realizar los retiros de dinero provenientes de estafas informáticas en cajeros automáticos, utilizando tarjetas adquiridas mediante compras a terceros.
Cabe destacar que durante su abordaje se observó que el mismo portaba cuatro tarjetas bancarias a nombre de terceros, al consultarlas con las entidades financieras respectivas se logró determinar que una de las tarjetas correspondía a una cuenta restringida ya que el día 20 de agosto recibió dinero sustraído a una persona a quien se le realizó una estafa informática por treinta y cinco millones de colones (¢35,000,000.00).
También se le decomisó el teléfono celular, siendo la herramienta principal de los frenteadores de estafas informáticas ya que mantienen comunicación directa con los líderes de los grupos criminales.
Finalmente, fue pasado con un informe al Ministerio Público para determinar su situación jurídica.